viernes, 8 de marzo de 2013

¿Estamos sordos?


Me estoy dando cuenta de que, de un tiempo a esta parte, nos estamos volviendo más intransigentes; nos aferramos más a nuestras convicciones e ideas que a lo que los demás nos pueden aportar. Cada vez escuchamos menos y sacamos conclusiones muy rápidas y, sobre todo, las damos por buenas antes que pensar en si los demás tiene algo de razón. No nos paramos a pensar el porqué ha sido, como ha sido y no ha sido de otra manera. No escuchamos y menos aún, leemos. Hay miles de anécdotas, algunas con trágico final, de situaciones que se han creado como consecuencia de no escuchar o de leer mal. Personalmente no hace muchos días, un amigo me pide que lo acompañe a una gestión de la que, él pensaba y con razón, mi experiencia le podía ayudar. Me lo dice por “guasap” y mi respuesta debería ser: Cuando salgas de vacaciones, vamos. El caso es que con las prisas y los malditos teclados estos táctiles, puse lo siguiente: Cuando salgas de vacaciones “vos”. No lo revisé y mi amigo entendió “vas”. Con toda la razón, quizás yo entendería lo mismo. Y tal error por mi parte, creó un malentendido hasta que mi amigo me lo dijo y pude corregir mi error.
Este despister, que por otro lado no tenía importancia alguna, sucede con mucha frecuencia y rápidamente sacamos conclusiones. Yo debí revisar y mi amigo si entendía algo extraño, debió de matizar y confirmar. Ninguno lo hicimos y hubo malos rollos. Hay casos más graves, donde incluso se producen accidentes mortales, como ha ocurrido por la mala comprensión de un mensaje de un controlador y un piloto que no atendió demasiado.
En fin, que no  tenemos que perder de vista el escuchar mejor y tener presente que no siempre la conclusión que sacamos es la acertada. Siempre escuchar, y siempre pedir aclaraciones antes de tomar decisiones que pueden llevar al traste una buena relación.
Hoy os dejo otro poema salido del horno, aunque las notas son de hace algunos meses ya olvidados:

Tú no estás.
Los minutos se caen llamando al fin a la tarde.
La noche se acerca, colmada de secretos,
 viajando en el tiempo
 como en el mar viajan los colores.
 Los azules dejan paso al verde,
madre de mi eterno gris (el color de tu ausencia).
Mis deseos, derrotados, se esconden perdedores,
detrás de la vergüenza;
Yo, como hace el tiempo, esperando tu azul.
Es mi ilusión de cada mañana y mi luz de cada noche,
esperando, rezo para que los minutos mueran
 y sea, algún día, eterno tu azul.
Y tú no estás.

La música de hoy… Efecto Mariposa y su canción “No me Crees”. Una letra preciosa. Disfrutarla con mis rosas y mi vino., Besos y abrazos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hacía algún tiempo que no leia tu blog...Esta poesía deja paso a recuerdos, anhelos, tiempos no tan lejanos...
Y, como siempre, una vez más, aunque triste, maravillosa.
Bicos, Neboa.