sábado, 22 de junio de 2013

¿Qué nos pasa?



Servidor ya tiene algo de experiencia en la vida. Son muchos años bregando, negociando, trabajando con grupos y con un montón de vivencias, de acontecimientos y de personas. Pero, y creo que es bueno, aún me sorprende la actitud y maneras de un número de personas más significativo de lo que cabría esperar. No sé si es un problema de educación y formación, o un problema de estrés, o de todo y más. El caso es que un servidor espera dos cosas de los demás: Una, que no me tomen por imbécil y otra que acaben echando la culpa a los demás, de sus propios despropósitos. Como lo hacen los malos perdedores, que lo son, que culpan al árbitro, cancha deportiva o el aire que sopla al contrario. ¿Qué trabajo cuesta reconocer errores? No reconocerlos es engañarnos a nosotros mismos y provocar un índice elevado de probabilidades de que se vuelva a producir el error, y eso solo lo hacen los más estúpidos: “como no consigo engañar, me engaño a mí mismo”. Estamos retrocediendo. Cada vez más tontos modernos. Lástima y pena me provocan, porque muchos como yo creíamos que habíamos trabajado para que fuésemos mejores y ocurre lo contrario; cada vez hay más estúpidos y estúpidas.  Pero el mundo sigue girando y sigue amaneciendo a pesar de la cantidad de la tontería.

Pero no entendáis que estoy enfadado. Nada más lejos. Solo algo defraudado de quienes piensan sin preguntar o averiguar.  Pero, insisto, amanece y anoche cada día, las rosas siguen estando y hay que sonreír  y mirar hacia adelante. Disfrutar de lo que tenemos sin esperar que nos aporte nada más que lo da en ese instante.

Y entre esas cosas que llenan y acarician los recuerdos y los momentos, está la poesía. Nada como ella para hacer perder el instante y pasarnos a otro más sublime. La poesía, junto con la música (son lo mismo, dichas de manera distinta) consiguen como otras pocas cosas trasportarnos en "el Ave" de la memoria.

Con todo mi cariño:



Hoy mi soledad
estaba acompañada
de palabras forzadas.
De frases huérfanas
que ocultaban,
como nubes a la tormenta,
los juguetones besos del sol en  mi cara...
El mar, tranquilo en la playa, jugaba;
el viento, silencioso, descansaba
en los pino, acunandose en sus ramas.
Fue un día vacío de ausencias.




Pues ahí queda eso.  Y ánimo, que no decaiga el espíritu. La vida es hermosa y llena de luz, aunque llueva. No dejéis que alguna estupidez, o estúpido, os estropee la ilusión. Besos, abrazos, rosas frescas y un buen vino tinto... y un guiño a la vida, porque hay mucha gente que vale la pena. A disfrutar con “Fondo Flamenco” y un tema sorprendente “Mar de Sueño”. Tiene de todo un poco este aire romántico lleno de flamenco. Más besos y abrazos.

1 comentario:

Calma en días de tormenta (Darilea) dijo...

Feliz noche de San Juan, ayer me acordé de ti, estuve viendo una escenificación de poemas de García Lorca, una maravilla :) te hubiese gustado verla.
Me ha gustado mucho el poema, lástima que escribas tan poquito.
:) Un besito y cuídate mucho