domingo, 28 de septiembre de 2014

Autoretrato


El poema de hoy lo he bautizado como "Autorretrato". Soy el mayor desastre de entre todos los desastres seleccionados por desastre, dibujando; y más aún, pintando. Aunque no entiendo lo más mínimo de pintura (los colores y yo nos llevamos fatal) siempre admiré a los pintores de una manera especial. La habilidad de dibujar y pintar, como la de dar formas en la escultura, quedan para mi mollera, como algo incomprensible e inalcanzable. Pero en esa admiración y  sobre todo en los autorretratos, me llevaron a dibujar el mío, pero con palabras. No queda con tanto colorido, pero no cabe duda que tal sucedáneo, ante la imposibilidad de trabajar el original, estará en mi publicación; aunque tengo una duda: ponerlo de primero, o que cierre (antes de la coda)mi "opera prima". Acepto sugerencias.
Por tanto os presento mi autorretrato. Lo escribí un día que estaba de un excelente humor (casi siempre estoy de buen humor) pero aquel día lo estaba especialmente y, cómo con la mayoría de mis escritos, en una noche de charla amena y provocadora.
Supliendo mi nulidad pictórica, hoy os dejo una foto del cuadro. Es el retrato de Don Juan Francisco Pimentel y Ponce de León, Conde-Duque de Benavente, pintado por un genio. Un tal Velázquez en el año de Nuestro Señor de 1648. Tal Condado de Benavente alcanzaba los territorios de Betanzos (A Coruña). Ciudad (tiene el rango de Ciudad) en donde están los orígenes de mi familia paterna. El motivo de que haya elegido esta foto es el sorprendente parecido que dicen tengo yo con el protagonista del cuadro. He tenido el placer de verlo en el Museo del Prado y me da a mí que es cierta tal casualidad. En fin, cosas de la vida.

Mi "Autorretrato" dibujado en letras.

Soy el resultado de un sincero
amor y la consecuencia
de las heridas de la vida.
Soy el fruto de mis recuerdos
en amor con mis esperanzas.
Soy como el día
que busca, en la noche, el descanso.
Soy como  la flor
que no sabe si mañana
será mañana.
Soy la consecuencia de ideas
que no nacieron
y fruto de lo que quise hacer
y no me atreví.

Soy como el alma en el purgatorio
que no sabe hacia dónde irá.
O como el agua estancada,
que solo moja.
Soy porque quisieron que fuera
aunque no sé si querían
 lo que soy.
Soy lo que no quise ser.
Soy algo de contradicción.
Enamorado de las ilusiones
y viudo de la muerte.
Soy el deseo de ser muchos.
Soy así, como soy, pero soy.
Y en el fondo… me gusto.


Y para rematar un tema de un gran poeta, buen músico y, dicen, excelente pintor. Mi admirado Luis Eduardo Aute. La canción se llama "El niño que miraba la mar". Disfrutar de este ratito que pasáis en esta casa bloguera. Poneros cómodos, serviros vino tinto, 
y, al salir, no olvidéis llevaros vuestra rosa. Besos y abrazos.





5 comentarios:

Anónimo dijo...

Que precioso poema, y la forma que has tenido en describirte me parece maravillosa. Si te sirve mi opinión yo lo pondría al principio. Sería una bonita forma de comenzar describiendo un poco cómo es la persona que ha escrito ese libro y que nos va a deleitar con sus magnificos poemas.

Por lo demás me ha encantado pasar a visitarte, como siempre. Un saludo


Pd: Ummm pues es cierto, quitándole la barba y el bigote si que se nota el parecido, aunque no hace falta tanto, sólo fijarse en la mirada es bastante para verlo.

Meigo, aprendiz de Druida dijo...

Muchas gracias, anónim@. Tendré en cuenta tuopinión.
Tienes bastante razón en mi parecido. Cuando lo vi, y los que iban conmigo, me quedé pegado. Quien sabe si es un antepasado mio.
REpito, gracis por venir y hablar, aunque si me permites y me perdonas, no sé quién eres.
Un placer.

Calma en días de tormenta (Darilea) dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Calma en días de tormenta (Darilea) dijo...

Carlos, lo siento discrepo de la opinión del comentario anónimo.
Yo lo pondría al final, al principio pondría algo de Breo, que en realidad es quién te hizo escribir mirando al mar, algo de las noches de luna, de ese despertar de la vida con los pies descalzos y renacer con cada puesta de sol, ese tú que vive en las olas, y para el final pondría ese otro tú,(este poema), tú, divertido pero formal, que quiere ser y es, pero sin ser del todo Breo. Bueno creo que me entiendes, dentro de mi complejidad. Sea como sea lo que tú escojas estará bien.
Pd: Que sí que se parece a ti, sobre todo en la fotografía de la recogida del premio en la que tienes bigote jeje. Besitos

Carlos J. Garcia dijo...

Mi querida Charo, gracias por todo y sobre todo por tú amistad. Tomo nota y tienes razón de que Breo ha de tener un protagonismo especial, que lo tiene ya que todo es de él, pero ha de saberse y él ha de estar muy presente.
Pues mi querido Don juan Francisco, Conde Duque de Benavente, queda nombrado antepasado mío. Ahora a reclamar mi linaje, jejejejeje.
Un besazo amiga mía.