Lo último que escribí:
Escuchando a un domingo
mudo, olvidé las palabras
al pensar en tu latido
cuando sonaba en mi pecho
al abrazarte desnuda.
La tarde, por hablar, grita;
al igual que los murmullos,
nerviosos de mis suspiros
al hurgar en la memoria
rebuscando, en mi más hondo,
los retazos de aquel tacto
tuyo que a nube sabía
(quizás ya olvidé el sabor)
mezclado en aquel olor
tan a noche y especial
de tu ropa resbalando,
por tu cuerpo y perdiéndose,
desordenada en el suelo.
Cosas que trae un invierno
que juega a ser primavera
y tan solo es otra tarde.
Como lo son mis recuerdos
que, a veces, sin más te traen
y, sin
pensar, se revuelven.Gracias por estar siempre.
3 comentarios:
Este rincón siempre tendrá sentido,un lugar mágico y especial donde dejar volar la imaginación leyéndote y hoy te dejo yo una rosa blanca y una copa de vino, brindemos por esos recuerdos que siempre están presentes.
Saludos desde la capital
El vino tinto y las rosas blancas sugieren besos llenos de ese espíritu de aventura y descubrimiento que siempre están presente en cada uno de nosotros.
A tú salud, mi querida amiga, desede donde la tierra se confunde con el mar.
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