La Primavera

Hoy comienza la primavera. Es el momento en que el di ay la noche, duran el mismo tiempo. 12 horas cada uno. Es, para la mitología y simbología, el nacimiento de la luz y la derrota de la oscuridad. La religión católica simboliza la resurrección de Jesucristo en la primera luna llena de la primavera. Comienza la naturaleza a desesperarse y las flores empujan para nacer. Pero no es solo eso, hoy también es el día que se ha elegido para recordarnos los problemas de los chicos y chicas que tiene el síndrome de Down. Los que somos más veteranos en la vida, nos acordamos de aquellos críos con el síndrome y el rechazo social a ellos y a sus familias que el resto de ignorantes (me incluyo yo), practicábamos. La verdad es los demás tampoco sabíamos mucho de lo que pasaba y no entendíamos nada. Hoy es un placer social ver a muchos de ellos integrados y haciendo sus labores profesionales a un nivel muy alto. Felicidades a toda la gente, a todos los profesionales y voluntarios que trabajan por la integración de la sociedad en el mundo del síndrome de Down.

Pero hoy también es el día internacional de la poesía. Felicidades a todos los poetas. La poesía es como una especie de cenicienta, o de síndrome de Down de la literatura. Es enormemente rica, está presente siempre, es respetada y muy valorada, pero…sigue siendo la hermana menor. Quizás porque es como es, con mucha personalidad y muy atrevida. Es hermosa. Hablando de poesía con una amigo, que me decía ser incapaz de leerla, se sorprendió cuando le dije que un poema, un simple (muy complicado) soneto, podía llevarme un mes leerlo, haciéndolo todos los días, dos o tres veces. Así es, como los aromas, como los licores, pequeña en tamaño, profunda en sabor y larga en el espíritu.

Hoy vamos a dejar un poema especialmente bello. “Alegría” de Don José Hierro. Espero que os guste.

Llegué por el dolor a la alegría.
Supe por el dolor que el alma existe.
Por el dolor, allá en mi reino triste,
un misterioso sol amanecía.

Era la alegría la mañana fría
y el viento loco y cálido que embiste.
(Alma que verdes primaveras viste
maravillosamente se rompía.)

Así la siento más. Al cielo apunto
y me responde cuando le pregunto
con dolor tras dolor para mi herida.

Y mientras se ilumina mi cabeza
ruego por el que he sido en la tristeza
a las divinidades de la vida.

A disfrutarlo mucho.

Y como música hoy no podía faltar La Primavera de Don Antonio Vivaldi. Solo nos faltan las rosas (las mías a vuestra disposición) y como no, una copa de vino tinto. Estiraros en el sofá… y si hay compañía cerca…. a ello. Abrazos y besos.